En 1923 el joven emprendedor Pau Badía abre  la fábrica de bebidas “Espumosos Basdía” en los bajos del Café España, en una casa de la calle Miracle de Balaguer. Varias generaciones se sucedieron llevando adelante la fábrica, como Teresa Badia, Miquel Cava o Faustino Vallejo, propietario de la fábrica durante más de 40 años. A partir de 1948, se desarrolla la marca propia La Balaguerina, conocida por sus sifones y gaseosas vendidos en Cataluña, y que tenía como emblema un logotipo muy especial, con tres iconos de la ciudad de Balaguer: el Río Segre, el Puente de Sant Miquel y la iglesia de Santa María.